domingo, 8 de septiembre de 2013

MONODIA, MELODÍA, POLIFONÍA





CEDART "Frida Kahlo"



DAFNE FERNÁNDEZ NARVÁEZ



PRIMER PARCIAL



SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN MUSICAL



Prof.: DANIEL ESPINOSA 



2° B-1



Ciclo 2013-2014



MONODIA

Proviene del griego "Mono" uno y "oda" canto.

Como su raíz etimológica lo explica es una composición hecha para una sola voz en contrario con la polifonía.

La monodia o monofonía fue la textura musical caracterizada en la música medieval como el canto gregoriano.
La monodia acompañada o melodía acompañada es otro tipo de textura musical que proviene del estilo creado por la Camerata Florentina a finales del siglo XVI, en el que una única voz solista es acompañada por instrumentos. Así pues, estrictamente hablando esta textura no es monódica, sino de melodía acompañada.

MELODÍA

Es una sucesión de sonidos que precisa los altos y bajos con respecto a su armonía. Incluye patrones de duración y tonalidad que lo hace caracterizar a una composición y recordar la figura principal.

"En una definición más específica, aplicable al período de práctica común y a la música popular, una melodía puede contrastarse con el acompañamiento o la armonía que esta provee. Como supone el acompañamiento, la misma debe entenderse como el centro de atención, con otras partes que proveen un fondo musical.  “Los elementos esenciales de cualquier melodía son, la duración, la tonalidad, y la calidad (timbre, textura y matices)”.

POLIFONÍA

Su raíz etimológica proviene del griego "Poli" muchos y "Fonos" sonidos.
Se utilizó en la Edad Media. Es una técnica en la que predominan múltiples voces, pueden initarse o ser independientes entre sí, dando una textura peculiar en las melodías.
Se suele señalar el siglo IX como el momento del nacimiento de la polifonía con la invención de los primeros organa. Pero tal vez sería más oportuno hablar de las primeras manifestaciones musicales escritas sobre un proceso oral que ya existía y el camino que trazaron en el desarrollo de la música occidental. El término polifonía, de poli-phonos, define la producción de varios sonidos o melodías simultáneas. Hombres y mujeres –o niños- cantando juntos producen una distancia de octava; las diferencias de tesitura entre otras voces implica distinta interválica al reproducir una misma melodía a diferente altura; las prácticas de ornamentación e improvisación en la práctica musical abogan por la existencia de  polifonía en la música desde tiempos remotos y en cualquier lugar del mundo.
Circunscribiéndonos a la música europea se han barajado diversas hipótesis acerca de los orígenes de la polifonía. Señalan la apreciación de sonidos simultáneos al presionar una tecla en los primeros órganos que llegaron a Constantinopla y la posibilidad de que el término organum derivara de la similitud del término griego organon con el órgano como instrumento y su capacidad de producción sonora vertical. En la música medieval se denominará como “canto de órgano” a la interpretación polifónica para distinguirla del “canto llano” o monodia. Se ha señalado también la derivación de polifonías orientales practicadas en la zona rusa de Georgia -lugar donde existirían las primeras comunidades que interpretaban músicas polifónicas- y la práctica de quintas paralelas en Cerdeña como forma primitiva de polifonía. En cualquier caso, debió de ser un proceso continuado que desembocó en la plasmación teórica de la  polifonía práctica.
       A partir de los primeros tratados la creación consciente de composiciones polifónicas y su sistematización marcarían un rumbo distintivo al desarrollo de la música occidental. Se estaban poniendo los cimientos para construir el edificio sonoro vertical que la diferencia de otras músicas del mundo. Músicas no menos importantes y complejas aunque hayan seguido caminos y desarrollos diferentes.
Los tratadistas teóricos del siglo XII plantearon el tema de la polifonía buscando referencias sobre la interpretación de algunos cantos a varias voces en la música culta de tipo religioso de la zona de Francia. Recordemos que el Canto Romano Antiguo habría efectuado un viaje de ida y vuelta para retornar a su punto de origen transformado por las influencias de la Liturgia Galicana. En el siglo VII Isidoro de Sevilla (ca. 560-636) hacía referencia en sus escritos a la música armónica como sonidos simultáneos a los que definía en términos de simphonía (consonancia) y diaphonía (disonancia). Llamó simphonías a la simultaneidad acorde de sonidos graves y agudos a distancia interválica de octava, cuarta y quinta. El resto de los intervalos serían sonidos discordes o no consonantes. Entre los siglos IX-X, Hucbaldo (ca. 840-930) en Harmonia Institutiones, introducía el término organum, refiriéndose a la consonancia como el encuentro simultáneo y armónico de dos sonidos emitidos por diferentes fuentes. Su contemporáneo Regino de Prum), en un tratado del mismo título y con propósitos parecidos intentaba también definir consonancia y disonancia.


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